martes, 7 de mayo de 2013

La subcontrata feroz: manual de supervivencia, parte I


Me siento a escribir hoy tras una larga semana intentando coordinar a varios proveedores con el personal de mi empresa para llevar a cabo un trabajo.

Lo que sigue no es una diatriba contra los proveedores (nosotros siempre somos proveedores de nuestros clientes) sino una crónica de lo difícil que es coordinar diferentes equipos. Valga este ejemplo para cualquier caso

Un cliente - al que llamaremos Sr. Delaney - me encarga la reforma de una casa. Excelente: medimos, proponemos diferentes distribuciones y, finalmente, pactamos un precio por el servicio y las condiciones que gobernarán el contrato.

Preparo la planificación y decido que voy a contratar a varias empresas (además de a los proveedores de materiales):
  • Ventanitas, SL
  • Muebles de baño de Siempre, SA
  • Aires acondicionados Viento Fresco SL
  • El Sr X, autónomo fontanero
  • Lady Wood, carpintería de lujo

Reúno a todo el mundo en diferentes sesiones en los dos primeros días mientras trabaja el equipo de demoliciones. Fijo los servicios, precios y fechas de montaje.

Aquí termina lo lógico y normal porque mi perfecta hoja de ruta se desmorona día a día.

Hércules y las doce pruebas o cómo hacer que todos te hagan caso.

Una de las ventanas es más pequeña que el hueco. Toca pasar frío hasta que traigan la nueva: siete días después de lo previsto.

El color del mueble del baño no se parece al del catálogo. Me confirma el comercial que, efectivamente, algo salió mal en la foto y no se parecen  mucho, que pensó que lo sabía.

El del aire necesita ahora el 100% del valor de las máquinas para retirarlas del almacén pese a que me dijo que bastaba con la mitad al contratar y el resto al terminar la instalación.

El fontanero nunca tiene las piezas necesarias, mis operarios invierten horas en mirar el techo, mientras él va y vuelve - una y otra y otra vez - a la tienda de repuestos.

Los carpinteros son bastante eficientes, pero resulta que el del transporte (de su proveedor) no es muy cuidadoso y dos de las puertas muestran una importante raya de arriba abajo. 
"Siempre pasa", me dicen para tranquilizarme…

La obra se ha entregado seis días tarde pero el cliente ha quedado contento con el trabajo. 
"Lástima de los retrasos"….

Con estas anécdotas sólo quiero decir una cosa: sed pesados, controlad a vuestros proveedores, cubríos las espaldas frente al cliente (dad fechas posteriores a las que os den vuestros proveedores), no perdáis los nervios ante situaciones que tienen solución y aprended a sonreír ante la adversidad. O no llegaréis a viejos.

Y, sobretodo, recordad que vosotros también cometéis errores.


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