En los últimos meses escuchamos constantemente
que los emprendedores son la savia de la Sociedad y que el Gobierno va a
ayudarles a arrancar sus negocios porque son lo que España necesita.
Si bien es cierto que el país necesita
emprendedores, me permito levantar un momentito la mano para preguntar al
profesor. ¿Qué es un emprendedor?
La RAE dice, Emprendedor, Adj. Que emprende con resolución acciones dificultosas o
azarosas.
Me ahorraré el sarcasmo que me suscitan las
tres últimas palabras. Todos entendemos que - en este contexto - emprendedor es
aquel que inicia una actividad económica
por su cuenta frente al que decide vivir de un sueldo pagado por un
tercero.
El Gobierno sólo persigue acortar la lista de
desempleados y obtener una fuente de ingresos. Por eso promueve ahora este tipo
de auto-empleados. Pero la gente buena tiene otros motivos. Algunas opciones
que me vienen a la cabeza:
1. Por iniciativa personal. Quiere establecer
un nuevo modelo de negocio, un nuevo producto o una variante de modelos o
productos ya existentes o abrir brecha en un mercado que aún no goza de
determinados servicios o productos. Esto es: para realizarse como personas en
el campo laboral. No todo el mundo tiene ese impulso. Ni tiene por qué tenerlo,
desde luego.
2. Por afán de lucro. Trabajadores por cuenta
ajena que está dispuesta a asumir una carga adicional de trabajo para ganar
más. Todos hemos pensado al ver a nuestro jefe que nosotros lo haríamos mejor.
3. Para comer. Muchos ciudadanos se ven en una
difícil situación y no creen que, por su perfil, puedan ser contratados por
terceras empresas.
Los del segundo grupo se las verán y desearán
para funcionar igual de bien que su jefe pero, seguramente, habrán esperado al
mejor momento para arrancar a andar solos, quizá tengan contactos o aspiren a
robarle la cartera de clientes a su malvado empleador.
Los emprendedores del tercer grupo están
jodidos.
No quiero decir que el auto-empleo sea algo
malo. Todo lo contrario. Quiero decir que la mayoría de estos emprendedores
tienen una hipoteca que pagar, quizá hijos, y algún ahorrillo pero no mucho
dinero. Vamos que o tienen una idea
magistral o en breve estarán otra vez en la cola de la oficina del INEM. Y
ahora sin prestación por desempleo.
Y no digo esto para cortar las alas a nadie.
Quisiera invitar a la reflexión de quien desea emprender una actividad ya como
autónomo ya arrancando una Sociedad Limitada, solo o en compañía.
- ¿Soy consciente de lo que supone gestionar un
negocio?
- ¿Qué capital necesito para arrancar y cuánto
puede tardar en dar frutos esa inversión?
- ¿Qué capital necesitaré para vivir cada día
antes de que mi negocio empiece a ser rentable?
- ¿Qué clientela potencial tengo? ¿Hay cabida
para mi negocio?
- Si hay competencia, ¿qué me diferencia?
- ¿Conozco la legislación vigente que afecta a
mi negocio?
Municipal
Industrial
Sanidad
- ¿Merece la pena/estoy dispuesto al sacrificio
o sólo hago esto para pasar el bache?
- Caso de necesitar contratar a terceros
(directamente o contratando servicios de otros autónomos o empresas), ¿seré
feliz siendo el responsable último del trabajo de otros?
Si después de responder en voz alta sigues
interesado… eres un emprendedor.
Caso contrario, búscate un trabajo. Ser
asalariado no es un desprestigio y la Sociedad necesita emprendedores y trabajadores
por cuenta ajena. No permitamos que la necesidad de un Gobierno - o el estado
personal de desesperación - dicte nuestras decisiones.
Si no quieres emprender debes emigrar, cambiar
de área de trabajo, arriesgar en otros ámbitos… Toda una aventura en sí mismo;
no más difícil ni más fácil que emprender un negocio.
Si eres de los que creen que merece la pena, quizá te interese seguir visitándonos. Entre todos esperemos ayudarnos un poco en esta senda angosta y peligrosa.
Bienvenidos.